Desafíos para emprender un negocio automotor después del Covid-19
La crisis sanitaria generada por el Covid-19 ha traído consigo una inestabilidad económica mundial, que se diferencia a la de hace unos años en que ahora hay liquidez bancaria, pero será necesario analizar el entorno y adaptarse a la nueva realidad.
Emprender un negocio automotor después del Covid-19, lleva aparejados varios retos que no se tenían en cuenta en la antigua normalidad y la responsabilidad incluye adaptar las formas de trabajo, protegiendo a sus equipos y su entorno.
Será necesario saber organizarse para gestionar la coyuntura de salud y económica, identificar los riesgos permanentes y formular los escenarios, así se podrán comprender todas las implicaciones y alinear sus esfuerzos en diferentes ámbitos.
Desafíos para emprender
El cliente.
Las relaciones con los clientes son una de las mayores preocupaciones después de la crisis sanitaria. El miedo al contagio y el cambio de prioridades de la gente, son los mayores retos para emprender cualquier tipo de negocio, incluido el automotor.
Al mismo tiempo, esto significa una oportunidad para impulsar y aprender nuevas formas de trabajo, incluyendo por supuesto la digitalización de todos los procesos posibles, como la cita previa o el seguimiento online de las reparaciones.
La digitalización también es una herramienta que ayudar a dar respuesta a los requerimientos de los inversores y al trato con los proveedores, también será necesario gestionar y planificar la estrategia que se utilizará con cada uno de los grupos de interés, adaptándose a las nuevas condiciones de la demanda.
Finanzas.
Para emprender después del Covid-19, habrá que tener en cuenta gastos que anteriormente no se contemplaban de ninguna manera y el desafío consiste en la solicitud de créditos, el flujo de efectivo y la liquidez, que se verá dificultada por la incertidumbre respecto a la continuidad.
Habrá que comprender las futuras corrientes de efectivo, evaluar el cumplimiento de obligaciones contractuales e intentar asegurarse la minimización del riesgo, pensando también en el impacto del tipo de cambio y sus fluctuaciones y cómo puede afectar eso a nuestro negocio.
Operaciones.
Será necesaria una planeación que tome en cuenta que las condiciones sanitarias pueden cambiar en cualquier momento y prevenir la forma de operar para mantener un flujo de ingresos que vayan acordes con las regulaciones que se impongan en cada momento.
Realizar planes de actuación ajustados a cada escenario que se pueda presentar, teniendo en cuenta las prioridades del negocio. Emprender siempre supone un riesgo, que en estos tiempos debemos reducir al mínimo para intentar que la actividad no se vea interrumpida.
Gestión humana.
Mientras dure la crisis sanitaria, el bienestar del grupo humano será una prioridad, tanto por preservar la salud de los colaboradores como la de los clientes. Es un momento en que emprender requiere reducir al máximo el personal que se requiere, contemplando la posibilidad de ampliarlo a medida que aumente la actividad y disminuyan las restricciones.
Una buena política en estos momentos será permitir el teletrabajo a todos aquellos que cumplan funciones que puedan realizarse a distancia. La confianza es un valor en alza, así como saber delegar.
Adaptar el modelo de negocio en que se quiere emprender, de manera que sea capaz de enfrentarse a cualquier cambio que se pueda producir en un futuro incierto, además de conocer a fondo las exigencias de un mercado que también será variable, son claves para enfrentar los retos que supone abrir un nuevo negocio en estos momentos.
Por. Adriana Gutiérrez